
Un motivo que encontró Adriana Carbajal, alumna de Ingeniería en Biotecnología, para involucrarse con la ciencia fue descubrir que a través de ella podía ayudar a mitigar las posibilidades de daño por el lucro de los recursos naturales.
Después de su experiencia como alfabetizadora en una comunidad de la Sierra Norte, donde conoció la situación de este lugar frente a las concesiones mineras y el daño que ocasionaban al ambiente, fue que decidió estudiar una carrera que le permitiera crear alternativas para la gente.
“Sé que este no es el fin de muchas personas que se dedican a la ciencia, pero creo irremediablemente que la ciencia, más que ayudar al desarrollo económico e industrial de un país, tiene la hermosa capacidad de remodelar el rumbo de la humanidad, de predecir y evitar, de crear y mejorar”, mencionó Carbajal.
Lo anterior es ejemplo de que la ciencia no solo se limita a practicarse dentro de un laboratorio, sino que también es capaz de salir de los lugares comunes para involucrarse con la comunidad y representar una alternativa de cambio.
Actualmente, la estudiante cursa su cuarto semestre en Biotecnología y asegura que lo que más le impresiona de su carrera es “que se pueden crear teorías o modelos que describen nuestra realidad, con un lenguaje preciso, a partir de preguntas simples que llevan a un mar de dudas y resoluciones”.